Pasar al contenido principal

Cómo aumentar el apetito

Cocinero rebanando pimientos.

A medida que envejecemos, solemos comer menos. La pérdida de apetito a causa de una enfermedad o un tratamiento médico puede causar preocupación. Seguramente quiere que su ser querido tenga la alimentación que necesita para mantenerse fuerte y curarse como corresponde, así que cuando la comida es poco tentadora, puede que usted se sienta frustrado y preocupado. 

Piense por qué su ser querido no come nada o no come los alimentos “apropiados”. Si su padre se resiste a la nueva dieta baja en grasas luego de sufrir un paro cardíaco, quizás se deba en gran medida al miedo de que las nuevas comidas tengan un sabor “horrible”. O quizás el apetito de su madre sea normal, pero la demencia hace que le cueste enfocarse en la tarea de comer. O le apetecen más las cosas dulces y no consume alimentos que son más ricos en nutrientes. 

Estas son algunas estrategias simples para reducir sus miedos y ayudar a aumentar el apetito de su ser querido:

  • Minimice las distracciones a la hora de comer. Apague el televisor y la radio. Si sale a comer, elija un asiento para su ser querido que no esté mirando hacia el centro de un restaurante concurrido.
  • Coman juntos. Cree una atmósfera relajada y quédese un buen rato en la mesa. Evite levantar los platos para fomentar que dé unos últimos bocados.
  • Las comidas pesadas pueden provocar náuseas y malestar, especialmente si se combinan con medicamentos que incluyen las náuseas y la falta de apetito como posibles efectos secundarios. Intente que ingiera de seis a ocho comidas más pequeñas por día.
  • Si la pérdida de apetito se debe a los medicamentos, haga algunos cambios teniendo en cuenta los efectos secundarios. Por ejemplo, si su ser querido se queja del sabor u olor fuerte de la comida, sirva platos que puedan condimentarse en la mesa. Algunos medicamentos hacen que la comida tenga menos sabor; en cuyo caso puede condimentarla bien con pequeños agregados de hierbas, especias o jugo de limón.
  • Los libros de cocina y las páginas web contienen una gran cantidad de maneras de incluir verduras o proteínas en las galletas o los bocadillos sin que se noten. Pero si cree que estos trucos podrían resultar contraproducentes, busque versiones saludables de los platos favoritos. Haga pequeños ajustes para mejorar los niveles nutritivos o para cumplir con las pautas de una nueva dieta:
    • Si generalmente cocina el arroz en agua y luego le agrega manteca y sal, hiérvalo en caldo con bajo contenido de sodio. 
    • En lugar de cocer verduras al vapor, pruebe cocinarlas al horno, lo que carameliza sus azúcares naturales y les da un sabor más rico. 
    • Las mezclas de especias y los condimentos para carnes pueden intensificar el sabor, pero lea las etiquetas y evite aquellos que sean altos en azúcares o en sal.